Aunque la vida de adoración y la relación de Dios con cada creyente es totalmente personal, no hay que dejar de lado la realidad que representa estar en un mundo rodeado de personas. Igualmente, algo que no se debe ignorar es la presencia de una iglesia de Jesucristo, especialmente diseñada para adorar en comunidad, glorificar el nombre de Dios en la tierra y exaltar a Dios por todo lo alto.

Estudio del salmo 100

Igualmente, se observa una clara alusión a que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, por lo que las alabanzas a su nombre no cambian ni se distorsionan y así como le alabaron en los atrios hace más de 2000 años, así mismo se le alaba y se le adora en la actualidad. No porque sea un ritual, no porque la tradición así lo indique sino porque a Dios le agrada que los creyentes se reúnan para exaltar su poder y sus maravillas.

Contexto histórico del Salmo 100

De acuerdo con los estudiosos judíos, este es el último de una serie hermosa que predice la universalidad del reino del Mesías. Es decir, la prominencia de Jesús como Rey de toda la tierra. Esto se expresa en la invitación a peregrinar al Santuario y unirse a Israel en servicio a Dios.

Este salmo se cantaba en el Bet Hamikdash durante los sacrificios de acción de gracias que se daban a Dios luego de haber sobrevivido a un grandísimo peligro. Esto quiere decir que es una canción de victoria y agradecimiento, así como una aproximación al futuro, en el cual se puede vislumbrar la perfección que tendrá el mundo entero cuando haya alcanzado el nivel de perfección ideal ofrecido por el mesías.

Por otra parte, este salmo comienza con una invitación imperativa a emitir una acción: ¡Cantad alegres a Dios!, que de acuerdo con los manuscritos hebreos, proviene de la misma palabra que se usó en el libro de Josué cuando el pueblo de Israel gritó fuera de los muros para capturar Jericó. Esto quiere decir que es un cántico de victoria dirigido a las luchas terrenales y las espirituales, reconociendo que Dios es Dios por encima de todas las cosas.

Igualmente, cuando habla de que El Señor hizo al ser humano y no la creación a sí misma, habla directamente del pacto kjesed, que significa misericordia y hace referencia a que Dios guarda lealtad a su creación, y los adoradores que le adoren en espíritu y en verdad le pertenecen. Esto quiere decir que no se pertenecen a sí mismos, ni se deben a sí mismos nunca más, sino que todo cuanto hacen y dicen, al Señor alude.

Salmo 100: explicación del texto

Es un salmo corto de solo 5 versículos que establecen una idea clara de lo que el creyente puede considerar una enseñanza de cómo es la verdadera alabanza y adoración en conjunto.

Este es un punto de vista curioso, ya que el salmista invita a alabar todos juntos, pero siempre las instrucciones son dadas de manera individual. Esto quiere decir que el conglomerado, o la iglesia no tiene que ponerse de acuerdo para adorarle, sino que deben hacerlo de la misma manera con un corazón dispuesto y siendo enteramente genuinos al agradecer, alabar y bendecir el nombre de Dios.

Igualmente, el salmo no deja de recordar por qué Dios es digno de alabanza. Y es que su bondad y misericordia lo hacen suficiente para recibir por siempre toda la exaltación. Esto se debe a que ha sido el mismo en todas las generaciones y lo seguirá siendo por las siguientes.

Entonces la verdad de Dios es algo que debe expresarse de generación en generación, y seguirá generando la misma respuesta de genuina adoración.

Significado del salmo 100

Al alabar el nombre de Dios en el salmo 100 se dan instrucciones esenciales que deben formar parte de cualquier hábito de adoración:

  • Cantar de alegría: es decir, expresar con música, emoción y esmero a todo el mundo. Una vida de adoración debe ser constante y evidente para todo aquel que observe al creyente. 
  • Servir al Señor: la palabra utilizada en esta frase indica que el servicio debe darse en adoración a Dios, es decir, que ir y alabar en conjunto en la iglesia es también un servicio que ofrece tu corazón como sacrificio de alabanza. Además, debe ser con alegría, por lo que ir a sus atrios y presentar acción de gracias no debe ser una carga para el creyente.
  • Ir delante de su presencia: la alabanza no es simplemente decir que Dios es bueno, sino ir delante de su presencia, postrarse ante su trono y reconocer que Dios es genuinamente bueno a pesar de todo lo que puede suceder. Estar en la presencia de Dios es un acto meramente espiritual, personal y que debe hacer cada uno por separado, aunque se esté en comunidad.
  • Reconocer que él es Dios: es difícil hacer frente a una situación que se siente que Dios no debió haber permitido, en la que quizás el creyente piense que tiene una mejor alternativa que la de Dios. Sin embargo, ante todo esto es necesario recordar que Dios es Dios, Él es quien hizo al ser humano y no el ser humano a sí mismo. Por esta razón, él sabe más de lo que cualquier persona jamás puede saber.
  • Entrar por sus puertas con acción de gracias: indica simplemente ir a la iglesia con un agradecimiento entre manos. Puede ser agradecimiento de corazón, pueden ser ofrendas, testimonios o cualquier otra cosa que refleje por qué el creyente está agradecido.
  • Alabarle y bendecir su nombre: siempre dando gracias a Dios por sobre todas las cosas y destacando su gloria y majestad por encima de la de cualquier otro.

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