Este es un salmo muy interesante, ya que en él convergen los testimonios de todos aquellos representados en la asamblea que fueron rescatados por el señor cuando clamaron por su ayuda. Habla de cuatro grandes grupos que representaban las asambleas de judíos, así es como establece que todos deben agradecer al Dios altísimo por sus maravillas y por su increíble misericordia.
En todos los casos se narra cómo cada persona diferente se metió en sus propios problemas, pero de todos ellos les libró el Señor. Importar su estatus social, su estatus actual, sus pensamientos, su forma de vestir, su profesión, el Señor a todos los libró y los restauró.
Esto revela el carácter de Dios con respecto a su misericordia y a la providencia de salvación en cualquiera que sea el escenario que el creyente se encuentre. No importa si está trabajando, o si se ha alejado del Señor por cuenta propia, de todas sus angustias les libró Dios haciendo énfasis en su nueva condición de libertad para que le alabaran y le bendijeran.
Contexto histórico del salmo 107
Los estudiosos judíos expresan que al parecer este salmo era cantado en una manifestación popular de gracias a Dios. Es decir que todo el público asistente venía a agradecer a Dios desde muchos lugares, ciudades, espacios y pueblos por haber salido bien librados de situaciones difíciles que podrían poner en riesgo su integridad e incluso su vida. En cualquier caso la canción hace referencia directa a las maravillas que Dios realizó en su favor punto ignorando un poco la situación y centrándose en que se hizo para que la gloria de Dios fuese revelada.
En la historia de los judíos se hace un llamado a los cuatro más grandes grupos de ciudadanos para que alaben al señor desde sus circunstancias. Se toma en cuenta al grupo extraviado en el desierto, a los cautivos de guerra, a los enfermos de gravedad y aquellos navegantes que se han embarcado por diversas razones en frágiles naves por el mar. A todos ellos los libra el Señor de su dificultad.
Es por esto que la tradición judía recita que cada vez que una persona atraviesa una de estas dificultades debe recitar el Bircat Hagomel, que se recita ante el Sefer.
Igualmente este es un salmo de gran importancia ya que es el primero del quinto libro de Tehilim que ofrece una apertura magistral a lo que la vida y el proceder de los judíos se refiere.
Igualmente, es uno de los salmos que se lee en Pésaj cuando se recuerda o se agradece por el paso bien librado de Israel por el desierto en camino a la tierra prometida.
Análisis bíblico del salmo 107
Versículos del 1 al 9 los que vagan por el desierto
El salmista comienza diciendo que el fiel amor de Dios perdura para siempre. Que todos aquellos a quienes ha rescatado Dios hablen con libertad, se lo cuenten a otros y digan firmemente que ha sido el Señor quien los ha ayudado en todas las cosas.
Perdidos y sin hogar es como este salmo define a aquellos que vagaban por el desierto sin rumbo aparente. El sufrimiento constante y latente que causa el hambre, la sed y el calor es como una tortura para cualquier persona en el mundo.
Dice el salmista que todos los que vagan en un desierto constante, claman al Señor y éste les ofrece un lugar seguro. Y no cualquier lugar, sino una ciudad en la que pueden vivir y permanecer a salvo bajo su cuidado y su protección.
Lo mejor es que el salmista destaca que Dios suple y sustenta las necesidades de cada quien. De hecho, implica que Él da en abundancia a quienes han tenido hambre, y les llena de cosas buenas.
Versículos del 10 al 16 los privados de libertad
Los cautivos o privados de libertad, quienes sufrieron por haberse rebelado contra Dios y fueron sometidos a cadenas y barrotes que irrumpieron con la esencia del ser humano de ser libre en sus decisiones, también fueron librados cuando se volvieron a Dios y reconocieron sus caminos.
Cuando cayeron no hubo quien los ayudara, porque cayeron bajo el peso de sus propias acciones. Sin embargo, cuando clamaron, Dios los escuchó y los libró rompiendo sus cadenas, partiendo los barrotes y proveyendo la libertad que solo les corresponde y puede ser otorgada por Dios.
Versículos del 17 al 32 los que se rebelaron y se enfermaron
También habla de aquellos que sufrían diariamente las consecuencias de su pecado, de la vida que decidieron vivir. Son aquellos que eligieron pecar de continuo y por ello sufrieron terribles consecuencias.
Ya sea por la culpa, o por sus propias decisiones y preocupaciones en las cuales Dios no les respalda, el salmista habla de una profunda tristeza para aquellos que vivían cautivos del pecado, rebelados contra Dios y lejanos a Él. Sin embargo, también de esto les libró cuando clamaron.
También habla de los enfermos de gravedad, que se enfermaron por sus pecados o por cualquier otra circunstancia. Dice que el Señor los restauró por completo, los sanó cuando clamaron e incluso los arrebató de las puertas de la muerte.
Para estos, el salmista expresa con sabiduría que deben ofrecer sacrificios en su nombre. Lo cual refleja que no basta con clamar una vez, sino que hay que sacrificar la naturaleza pecaminosa que los asedia, y que deben cantar con alegría por los gloriosos actos del Señor.
Versículos del 33 al 43 los que naufragaron
Finalmente, habla de aquellos que estaban cumpliendo sus obligaciones, viajando, trasladándose por cualquier razón o simplemente pescando. Que a pesar de no haber maldad en sus circunstancias sufrieron una gran dificultad que los llenó de temor y pánico, ya que notaron cuán frágil realmente era su vida.
Estos también, a pesar de no tener la culpa, pasaron la prueba y clamaron al Señor, quien simplemente calmó la tormenta y los libró del mal llevándolos al puesto sanos y salvos.
Entonces el salmista inicia una oda de agradecimiento a Dios que hizo posible todas las cosas. Que fue misericordioso con todos y que se hizo evidente ante los ojos de los justos y de los sabios.
Su fiel amor dura para siempre, silencia a los perversos y exalta las voces de aquellos que claman a su nombre para recibir oportuno socorro.
Aplicación del salmo 107
Todos los creyentes han estado en una situación difícil de la que necesitamos salir urgentemente porque su vida, su salud mental o sus fuerzas están comprometidas. Sin embargo, hay que ser suficientemente valiente como para clamar al Señor y esperar una respuesta afirmativa de su parte. De hecho, Dios siempre responde sin importar desde donde le llames, por lo que no se tiene que sufrir peligros sabiendo que Dios está en todas partes.
La verdad es que ningún creyente está exento de sufrir dificultades, y esto está bien expreso en el salmo. Todos pueden sufrir tribulación, persecución y opresión, y finalmente el Señor les libra y recibe la gloria y honra por liberarlos en todas las circunstancias.