Siguiendo la línea histórica de Israel, este salmo habla de manera muy sobria de cómo el pueblo salió de Israel y llegó a ser el dominio de Dios. Esto quiere decir, que se convirtió en su preciada posesión, y esto fue evidente frente a todas las naciones de la tierra. Pero más aún, esto habla del carácter presencial de Dios, que se paseaba y se presentaba delante de Israel en múltiples formas. Y el salmista también aprovecha para destacar la supremacía de Dios.
Este no es un salmo de alabanza como los anteriores, sino que narra como una crónica de cómo toda la creación actúa delante de Dios, aún los objetos que el ser humano llama inanimados. El salmista habla desde un punto de vista narrativo y descriptivo, explicando cómo fue que todo se convirtió evidentemente en el estrado sobre el que el Todopoderoso puso sus pies.
Los milagros de Dios son evidentes para su creación, día tras día se manifiestan, ya sea que el creyente los note o no. Esta es una clara alusión a cómo esto sucede, de manera que el pueblo notase en momentos de aflicción, o de alegría, que Dios es Dios por encima de todas las cosas, y existen millones de evidencias empíricas que apoyan esta revelación divina.
Contexto histórico del salmo 114
La tradición judía llama a este salmo Betset Israel Mimitsrayim, el segundo de Halel y cuenta con un punto de vista lírico, más que poético. La forma delicada como el salmista refleja cada detalle de la naturaleza es reconocido como de belleza extraordinaria tanto en construcción como en lenguaje.
En este punto, se presenta a Israel como en su máximo punto de gloria cuando Dios los sacó de Egipto, con tesoros extranjeros y las alabanzas de un pueblo que no les reconocía. Además, pone de plano la grandeza de las obras de Dios, y la obediencia del pueblo al cruzar el mar aunque su propia vida estuviese en riesgo. Esto es un acto de fe, poco reconocido pero muy apreciado por el Altísimo, que les regaló una vista más completa de su majestad y su poder.
Los maestros de la ley establecen que en el salmo anterior se hablaba de los pobres y menesterosos pertenecientes al mundo bajo, mientras que en este, se ven todos ascender a un nivel en el que pueden exaltar a Dios y enaltecer sus corazones deseosos de adorarle. De hecho, posiciona al creyente al lado de un Dios poderoso, tanto que el mar lo ve y huye, que las montañas abren paso para dejarles andar y que la tierra tiembla ante la sola mención de su nombre.
Finalmente, los sefardíes indican en su estudio profundo del segundo cántico del Halel, que todos estos eventos formaron una increíble visión de un mundo restaurado y transformado, que le da una idea al pueblo judío de cómo será la transformación que tendrá lugar cuando el pueblo de Israel sea restaurado y el trono sea ocupado por el Mesías Ben David.
Análisis bíblico del salmo 114
Versículos del 1 al 2: El Dominio de Dios
De acuerdo con las traducciones oficiales del hebreo, cuando este salmo habla de la salida de Israel, habla del periodo completo que une la preparación, salida, los días siguientes y los 40 años de viaje que tuvo el pueblo por el desierto hacia la tierra prometida. En este proceso, el pueblo pasó por muchos altibajos en los que aprendió a comportarse como personas civilizadas, y también recibió una enseñanza tangible de la importancia de su libertad como nación, que era la representación de no tener que esclavizarse a ningún ídolo fabricado, sino tener la libertad de seguir a Dios y obedecerle día tras día.
Igualmente, cuando se habla de que Judá vino a ser su dominio, su santuario y su cetro, hace alusión a que los reyes judíos salieron del pueblo de Judá, de manera que se cumple la profecía que narra que serán un reino de sacerdotes y una nación santa por los siglos de los siglos.
Versículos del 3 al 7: Hechos que lo respaldan
El creyente debe ver la creación de Dios como una máxima manifestación de su gloria. Esto quiere decir que todo en ella obedece a sus propósitos, y por ende, obedece a Dios. Es entonces como habla de la naturaleza y de los animales haciendo cosas que normalmente no hacían para demostrar la supereminencia de Dios por encima de todas las cosas.
Lo cierto es, que si Dios tiene el dominio eterno del mundo y todo lo que hay en Él, esto se demuestra en favor de sus hijos. Es por esto que el salmista marca un hito y un ejemplo con la apertura del mar rojo, que parecía imposible, hecho posible para que Israel saliera del pueblo de Egipto y dejara atrás su esclavitud.
Aplicación del salmo 114
Tal como sucedió en Israel, la vida del creyente incluye ver cómo Dios organiza todas las cosas para el bien de quienes lo aman y sirven a su propósito. Por imposible que parezca, Dios abrirá el mar, que representa una situación imposible en la vida del creyente, y le permitirá transitar por todo el centro de este, en tierra mojada por las olas, pero aun así inofensiva, abriendo caminos para él o ella.
Una de las partes más importantes de ver la apertura o milagro tras una situación totalmente imposible, es confiar en el Señor y transitar por el centro del mar abierto tal como hizo el pueblo de Israel. A veces el cristiano actúa con incredulidad frente a los milagros de Dios, porque lucen improbables, o imposibles. Pero frente a todas las cosas, este sirve a un Dios de lo imposible que se place en mover cielo y tierra, no solamente para actuar en favor de quienes le aman, sino para que sea evidente que fue Él quien lo hizo, y de esta manera, sus obras le den gloria y honra frente a toda la humanidad.