¿Has escuchado alguna vez el nombre de Brennan Manning? Quizás no. Fue hace poco que me crucé con el relato de su conversión. Relato que un autor describe como “uno de los más conmovedores en la literatura cristiana contemporánea”.
Brennan había terminado con su novia bárbara para entrar en un monasterio. Pero su vocación espiritual era tan poco acentuada, que su hermano le apostó 50$ a que no duraría una semana.
Parece que su hermano lo conocía bastante bien, pues, tras 7 días de estar allí, Brennan ya estaba empacando sus maletas para volver a casa. Tan solo esperó que se cumplieran los días para ganar la apuesta, y ahora se dirigía a la oficina del padre Agustín para informarle de su partida. Pero no lo halló.
Así que pasó por la capilla para despedirse de Dios. “Gracias, Dios (soy yo, Richie), por mostrarme que el sacerdocio no es mi vocación. Por favor, que Bárbara me esté esperando cuando regrese a Brooklyn. Como una muestra de mi buena voluntad, aumentaré a dos mi asistencia a misa por todo un año. Bueno, hasta luego Dios, nos vemos en Brooklyn”.
Fue a la oficina, y el padre aún no había llegado. Así que regresó a la capilla con la intención de hacer algo heroico por Dios: visitaría las 14 estaciones de la cruz antes de irse. Tomó un libro y comenzó a seguir las instrucciones.
En 11 minutos ya había llegado a la duodécima estación, “Jesús murió en la cruz”, y cuando se arrodilló a orar (tan breve como lo había hecho antes) escuchó las campanas del monasterio Carmelita, anunciando que eran las 12 del mediodía.
Me agradó la naturalidad con la que el autor menciona, casi esperando que no nos demos cuenta, que Brennan se levantó de sus rodillas ¡a las 3:05 PM!
¿Cómo fue eso? Bueno, quizás parezca difícil de creer, pero Jesús lo encontró de una forma casi sobrenatural. Brennan sintió que fue llevado al mismo corazón de Jesús. Por primera vez se sintió incondicionalmente amado, y la verdad del sacrificio de Jesús por él en la cruz se convirtió en un conocimiento real en su vida.
“El cristianismo ya no era un simple código moral sino una aventura de amor, emocionante y excitante, el increíble y apasionado gozo de ser amado y enamorarse de Jesucristo”.
Cuando regresó a su celda y abrió su Biblia, intuyó que la aventura más emocionante de su vida acaba de comenzar.
Regresó, se casó con Bárbara, y se convirtió en un orador popular en retiros y reuniones de reavivamiento en todo el país Americano [Tim Crosby y cols., Pasión por la oración, 14-16].
Una persona común y cualquiera, indiferente a la verdad religiosa, se convierte en un cristiano gozoso y apasionado por comprender en un solo instante el infinito amor de Jesús, y el privilegio que constituye servirle.
De una experiencia así de gozosa, habla el Salmo 16.
Estudio del Salmo 16
Lo más destacado del Salmo 16 es la intensidad de la vivencia personal que se describe, donde interactúan imágenes del cuerpo, emociones, acciones humanas, acciones divinas (pocas, comparadas con las humanas), y un elevadísimo sentido de dependencia y necesidad personal de Dios.
El sobre escrito del Salmo le coloca en la pluma de David, cosa que aceptaremos debido al refuerzo de esta posición por parte de Pedro en su sermón pentecostal (ver Hechos 2:29-31).
Se ha mencionado que la acusación de David a Saúl y sus siervos en 1 Samuel 26:19 podría constituir el antecedente histórico específico, puesto que el término “heredad” es una de las llaves del Salmo, tanto así que algunas Biblias le titulan “Una herencia escogida” o “No hay mejor herencia”.
La clasificación del Salmo como un “Mictam” (ver tb. Salmos 56-60), ha sido considerada por todos como muy controvertida. No hay un acuerdo acerca de lo que podría significar el término. Las propuestas son muy diversas: poema de significado misterioso, una joya entre los salmos, un escrito (sin descifrar con certeza en qué se diferenciaría de los demás), una oración para ser pronunciada en voz baja, y podemos continuar…
La estructura del Salmo, al menos en cuanto a su composición formal, ha sido dispuesta en 6 estrofas bastante regulares: vv. 1-2, 3-4, 5-6, 7-8, 9-10, 11.
Pero desde un punto de vista temático, es notable que la única petición que se eleva en el Salmo es la plasmada en el verso 1. Luego el salmista se vuelve a su sentir personal en relación a ciertos elementos que afirman o explican la petición elevada.
Por lo tanto, tenemos una división principal aquí: 1) Oración del salmista a Dios y expresión de confianza (v. 1); 2) Testimonios personales (vv. 2-11).
La segunda división principal, sin embargo, como hace notar la Biblia de estudio MacArthur, se desarrolla también en dos movimientos: el testimonio de comunión (que abarca una dimensión vertical y una horizontal), y el testimonio de confianza (que abarca una dimensión pasada-presente y una presente-futura).
De manera que la organización temática del escrito queda distribuida de la siguiente manera:
- La oración de David (v. 1)
- Los testimonios de David (vv. 2-11)
- Testimonios de comunión (vv. 2-4)
- Según una dimensión vertical (v. 2)
- Según una dimensión horizontal (vv. 3-4)
- Testimonios de confianza (vv. 5-11)
- En la dimensión pasada-presente (vv. 5-8)
- En la dimensión presente-futura (vv. 9-11)
- Testimonios de comunión (vv. 2-4)
Por último, el argumento final del Salmo es bastante evidente. El salmista aprovecha su oración del verso 1 para relatar lo gozosa y satisfactoria que es su vida en la presencia del Señor. Una relación tan íntima y perdurable, que ni la misma muerte podrá acabar con ella.
El alcance mesiánico del Salmo. Aunque el sentido inmediato y primario del Salmo no es profetizar de la resurrección de Jesús, Pedro lo utiliza de esa manera en el texto citado arriba, al igual que Pablo en Hechos 13:35-37. Ya explicamos este principio de aplicación mesiánica cuando comentamos el Salmo 22.
Y, de hecho, el lenguaje escogido por el rey David es de una envergadura tan elevada, categórica, y carente de una aplicación apropiada para su propia situación real, que al estudiar las palabras de los versos 8 al 10, solo podemos concluir que Dios escondió en ellas una pista anticipada de la resurrección de Jesús.
Salmo 16: significado
Ciertamente David expresó en este texto de forma clara su esperanza en la vida eterna como muy pocos otros en el Antiguo Testamento, pero hasta donde sabemos él murió y vio corrupción. Por tal motivo, al estudiar lo que aconteció con el Mesías en la mañana de la resurrección nos vemos obligados a decir del Salmo16 lo que dijera Pedro: “David… viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo” (Hechos 2:31).
Salmo 16: Explicación del texto
Salmo 16:1 explicación
La oración de David. La oración “guárdame” en los Salmos es un pedido frecuente de protección y cuidado (ver Salmos 17:8, 140:4, 141:9), que apela a Dios como quien oculta a sus hijos de los peligros y males.
El Salmo 17:8 arroja luz sobre la metáfora con un par de comparaciones claves: “Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas”. Como el cuerpo protege a la córnea y el águila a sus hijos, así también el salmista pide a Dios que sea su guardador.
David está pidiendo a Dios protección y seguridad en su regazo; y refuerza su petición con un argumento: “porque en ti he confiado”.
Se repite la misma fórmula que aparece en Salmos 7:1 (“en ti me he refugiado”), pero bajo una circunstancia muy diferente. Mientras que en aquel sobresale el sentido de urgencia, en éste se destaca una sensación de quietud y sosiego.
Todo indica que el salmista no está pidiendo el auxilio divino debido a un gran aprieto inmediato; sino que en lugar de elevar una oración de aplicación transitoria, está suplicando a Dios por un motivo permanente.
Él no está solicitando los servicios de refugio momentáneo que se haya en la presencia de Dios, más bien, le pide al Señor que él sea su fiel y constante guardador.
Y tenemos mucho qué aprender de estas palabras. Algunos de nosotros esperamos que Dios meramente nos libre de algún aprieto cuando nuestras malas decisiones nos han metido en él. Y Dios es tan bondadoso que muchas veces lo hace.
Pero el salmista no solamente se encomienda al cuidado divino en un momento, en una circunstancia, sino que dice haberse refugiado en Dios. Él ha hecho morada en la cueva divina que guarda el Protector de Israel. De manera que siempre, día y noche, al entrar y al salir, al acostarse y al levantarse, tiene a Dios por refugio.
Esto indica que el salmista goza permanentemente de los beneficios de habitar en la presencia protectora de Dios. Su confianza en los cuidados y las bendiciones de Jehová le inspira a vivir una vida llena de seguridad, una vida de plenitud y alegría. Nada hay que pueda tocarle si así no lo permite el Todopoderoso que le ama. Vivir así, ¡vaya que vale la pena!
Quizás el lector sea o conozca personas que andan siempre temerosos. Con miedo a los peligros, a la enfermedad, a la gente, a la muerte… A los tales les recomiendo que hagan de Dios su guardador. Y comprendan que Dios es mucho más que una creencia; él es verdadero refugio para el que cree. El nivel de seguridad y entereza que existe a su lado, no la superan todos los cuerpos de seguridad. Sin exagerar.
Salmo 16:2 explicación
El testimonio – dimensión vertical. Ahora el salmista procede a valorar su propia experiencia personal con el guardador divino. En sus testimonios recalca la calidad de la relación que le ofrece, la cual es muy superior a todos los demás bienes de la vida, que son relegados a un plano inferior en comparación con el compañerismo divino.
En el verso 2 el salmista da un pincelazo puntual pero muy significativo en cuanto a su experiencia personal con Dios, la comunión en línea vertical.
La Reina Valera versión 1995 se lee “Alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti”.
El hebraísmo “Alma mía” en realidad no está presente en el texto original. Fue añadido con el fin de dar mayor sentido a la oración, debido a que el verbo “dijiste” se haya en segunda persona. Lo que es bastante curioso si tenemos en mente la interpretación mesiánica del Salmo.
Lo que el salmista dice acerca de Dios en dos líneas es suficiente. “Tú eres mi Adonai, no hay bien para mí fuera de ti”. En esas 12 palabras podría resumirse la más culminante manifestación del caminar cristiano.
Dios como su dueño, su amo, su Señor, a quien rinde toda su voluntad, a quien le sirve con presteza y alegría. En realidad, el vocablo Adonai transmite la idea de que el salmista depende por completo de Dios. Pero para que no se entienda esto como una condición que coarta su libertad, el salmista agrega otra expresión sublime, que complementa al sentido de sumisión y dependencia que embarga su relación con Dios.
Por esa razón dice que “No hay bien para mí fuera de ti”. Si le preguntamos al salmista cuál es la mayor bendición de su vida, su motivo más grande de alegría, lo que le despierta todas las mañanas, el mayor tesoro del cual dispone, la respuesta a cada una de estas preguntas sería la misma: Dios.
No concibe algún bien, don o dádiva que pueda serle de provecho fuera de Dios. Él es todo su bien, todo su privilegio y su porción. Podemos pensar que su lírica se separa algo de la realidad, pero si el lector le pregunta a un cristiano consagrado qué prefiere: todos los bienes de este mundo, una vida llena de paz y abundancia, yuna familia feliz, o ver el rostro de Dios… Ya sabrás la respuesta.
Porque en esta vida, el don más sublime del creyente es el Dios al que sirve y ama. La primera frase sugiere dependencia y servicio, pero la segunda aclara que esa dependencia es intensamente feliz. Cual ninguna otra cosa en este mundo.
Salmo 16:3-4 explicación
Dimensión horizontal. Su vivencia íntima y personal con Dios (comunión en línea vertical), le ha llevado en consecuencia a una renovada manera de asumir sus relaciones personales (comunión en línea horizontal).
El salmista entonces distingue dos grupos de personas: los santos e íntegros que están en la tierra, y por otro lado los “que sirven diligentemente a otro dios”. Su caminar con Dios le impulsa a complacerse con los primeros, pero de los segundos aún se abstiene de mencionar sus nombres. Y de ninguna manera toma parte de sus ritos idólatras y aberrantes.
Esto no es discriminación, ni mucho menos. Es que una vida de santidad demanda rehuir a las influencias que puedan destruir el alma. Mientras que el carácter y la vida de aquellos que se han apartado para Dios y le obedecen con integridad generan complacencia y alegría en aquel que camina junto al Señor.
Podemos suponer que el salmista menciona a los idólatras en contraste con los santos e íntegros debido al odio que siente hacia la idolatría. El amor que se rinde a Dios obviamente se vuelve en celo al contemplar la diligencia con que otros se entregan en adoración a trozos de madera.
Salmo 16:5 explicación
Bendiciones pasadas-presentes. David continúa relatando en pintorescos y gozosos términos la delicia de su experiencia junto al Señor.
El vocabulario pareciera rememorar ahora los años en los cuales la tierra fue repartida por heredad a cada tribu y a cada familia, como lo dice Números 26:55; y podría ser en respuesta a las recriminaciones de los siervos de Saúl, según 1 Samuel 26:19.
El salmista dice que, así como los levitas no tendrían parte en Israel porque su parte sería Dios (Números 18:20), él mismo ha llegado a considerar que su verdadera herencia, su posesión de valor, no es en absoluto alguna cosa de este mundo, sino Dios mismo.
“Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; tú aseguras mi suerte” (v. 5). Tremendo este texto.
Aún si David no tuviese herencia entre su pueblo, ni algo que legar a su posteridad, eso no sería muy importante para él. Verdaderamente la porción que le ha tocado, y la más deseable para él, es habitar en la presencia Dios. Poca cosa, ¿no?
Cuando habla de su “copa”, parece estarse refiriendo a su condición en la vida, su suerte o destino (comparar con Salmos 11:6). Recordemos que el Señor Jesús hizo referencia a lo que le tocaba vivir con la imagen de una copa que le era puesta delante (Mateo 26:39).
Así que el salmista contempla a Dios como su herencia, su bien, su condición presente y su destino. A su vez, declara que Dios es el garante que asegura o protege la suerte que le corresponde en esta vida.
Salmo 16:6 explicación
El verso 6 prorrumpe en una alabanza a Dios por haberle escogido tan hermosa heredad. El uso de “cuerdas”, por cierto, era común cuando correspondía demarcar los límites de una propiedad de tierras.
La progresión del Salmo indica que aquí no se trata de una porción de tierra literal que Dios le ha entregado al salmista, sino más bien de la misma heredad a la cual se ha referido en el verso 5. Esos “lugares deleitosos”, esa “hermosa” heredad que le tocó, es la presencia y la bendición del Dios al que sirve y ama.
Podemos percibir la euforia del salmista mientras intercala expresiones de alabanza con pequeños pincelazos de los grandes privilegios que ha hallado en el diario caminar junto a su Señor.
Salmo 16:7 explicación
En el verso 7 bendice a Jehová porque le “aconseja”. Como si Dios se arrimase a su lado, y acercándose a su oído le dijera: “mira, creo que es mejor que escojas esta otra opción. Veo que te irá mucho mejor. Confía en mí”.
¡Tenemos un Dios que prefiere evitarnos tener que meter la pata! Y cuando estamos dispuestos a escuchar, él está dispuesto a aconsejar. Se vale de muchos medios para eso [puedes consultar nuestro artículo acerca de ¿Cómo escuchar la voz de Dios?], tantos que, incluso, de ser necesario, en las noches le enseña su “riñón”.
¿Riñón? ¿Y en mi Biblia no dice “consciencia”? Sí, es correcto. Pero el texto original dice “riñón”. Para los hebreos, el riñón era el lugar donde se asentaban las emociones y pensamientos más íntimos, los propósitos e intenciones (ver Salmos 7:9). Por eso nuestra versión española nos habla de “consciencia”.
Quiere decir que Dios tratará de guiarnos, incluso valiéndose del testimonio de nuestra consciencia en la quietud y la reflexión del horario nocturno.
Salmo 16:8 explicación
Luego, en el verso 8, nos encontramos con un conflicto espacial. El salmista dice haber colocado a Jehová siempre delante de sí, pero inmediatamente después dice que está a su diestra. Es claro que ambas posiciones no tienen tanto que ver con geografía como con teología.
Jehová delante del salmista es una figura de guía, orientación. Jehová es la meta del salmista, a quien él contempla cada día como su norte. Literalmente visualiza a Dios como si estuviera delante de él, y lo coloca allí siempre para mantener en él fija su mirada. Destaco el “siempre”, no es ocasional.
Y la posición de Dios a la “diestra” del salmista es una figura de privilegio y protección (ver Salmos 109:31). Si Dios está a su diestra para guardarle, entonces él no será conmovido, ni su pie resbalará.
Salmo 16:9-10 explicación
Bendiciones presentes-futuras. A partir del verso 9 el salmista pasa a describir algunas otras de sus bendiciones, ahora contemplando el futuro desde su posición presente.
Las palabras del verso 8 se presentan como el antecedente que motiva el “por tanto” del verso 9. De hecho, la penúltima estrofa del Salmo (vv. 9-10), parece estar ampliando el alcance del significado de la última línea del verso 8: incluyendo en ella la certeza del salmista de cara a la muerte.
Ese motivo le permite a su corazón alegrarse, a su gloria (traducción literal de kabod; la LXX traduce “lengua”) gozarse; y a su alma descansar o morar confiadamente. Su ser entero se ve trastocado por la bendición que representa en su vida la presencia de Dios.
La última línea del verso 9 (“mi carne también descansará confiadamente”, que podría estar haciendo alusión a la muerte) prepara el camino para las notas triunfantes del verso 10: “porque no dejarás mi alma en el seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción”.
Con referencia a las palabras “seol” y “alma”, vale la pena que consultes nuestro artículo referente al Infierno en la Biblia. Por lo pronto, destacamos que en la Biblia hebrea “alma” (heb. Nefesh) es un término que alude a una persona viva (cuerpo + aliento de vida = alma viviente, Génesis 2:7), por eso Ezequiel 18:4 dice “el alma [la persona] que peque, esa morirá”.
Mientras que “seol” alude simbólicamente a la morada de los muertos: el sepulcro, tres metros bajo tierra.
El salmista descansa tranquilamente, pues reposa en la esperanza de que Dios no le abandonará al sepulcro. Esa relación tan íntima de la que gozan, no se acabará con la muerte. De esa manera expresa su esperanza en la resurrección, y más allá de eso, en que su morada en la presencia de Dios será para siempre.
Salmo 16:11 explicación
Entonces el Salmo culmina con un texto maravilloso, lleno de luz e ilusión: “Me mostrarás la senda de la vida (el camino que lleva a la vida, Mateo 7:14); en tu presencia hay plenitud de gozo (muchísimo más de lo que es suficiente, Salmos 21:6), delicias a tu diestra para siempre (a su lado, un caudal infinito de delicia y satisfacción)” (Salmos 16:11).
Si algo ha quedado claro tras el estudio de este Salmo es que no hay mayor bendición en la vida que habitar junto al Amado del cielo. El salmista lo experimentó, brennan Manning lo saboreó, y gracias a Dios, yo también lo estoy viviendo.
No lo dudes, Dios es la mejor herencia.
Descubre aquí todos los recursos del Salmo 16.