En la época medieval, los cuentacuentos eran personas que por su oratoria se ganaban el corazón de la multitud. Actualmente se asocian con relatos para niños, entrelazadas a enseñanzas implícitas sobre la importancia de los valores. La Biblia al estar repleta de historias no pasa sin ser vista por muchos historiadores, conferencistas y escritores que dan parte de su vida a la investigación de lecciones escondidas como «tesoros de mucho valor» entre sus páginas. Los mismos autores de la Biblia plasmaron sus propias síntesis al rememorar momentos donde la providencia de Dios actuó.
El salmo 78 contiene una literatura peculiar, porque aborda un periodo histórico del pueblo
hebreo con mucha profundidad y detalle. Además, nos introduce en su lectura esperando que oigamos la voz de Dios (Sal. 78:1), ahora parece ser más llamativo cuando proclama que dirá proverbios o parábolas las cuales profesarán secretos antiguos (Salmo 78:2).
3-8: Propósito cardinal
Un segmento dedicado al recordatorio, tanto del por qué del salmo como del sentido especial de la transmisión oral. La educación hereditaria, la cultura de los antepasados transmitida de boca a boca, engloba un principio destacado en la Biblia. La shemá es la sección más importante para la cultura judía, no para menos se ha oído decir por ellos mismos: «Podemos perder toda la Torah, pero si nos queda la shemá, tenemos todo» este pasaje de Deuteronomio 6:4-6 no solo es importante en riqueza teológica, sino en su principio posterior (Deu. 6:7).
A diferencia de muchas formas de adoctrinamiento, estos versículos muestran como el plan divino enmarca el descubrimiento de Dios desde casa. Siendo que, el Señor hizo todo lo que debía para darnos un pacto de libertad con las leyes establecidas, necesitando que las cumplamos por nuestro bien. De no ser así jamás se nos indicaría la razón de esta práctica (Sal. 78:7). La obediencia y la memoria, pocas veces van juntas en el mismo discurso, pero la Biblia le remite una importancia destacable.
El versículo ocho abre la puerta para un contraste entre una generación pasada y rebelde, contra la simiente actual, capaz de volver a obedecer los mandatos divinos. Los padres aquí nombrados hacen referencia explícita a los hebreos en el desierto. Por su terquedad muchos murieron en el camino, deseando carne y desobedeciendo al líder designado por Dios.
9-55: Un recordatorio histórico
Corresponde a la sección más larga del capítulo. Dividida en cuatro prosas, cuentan el relato desde el éxodo hebreo hasta la institución davídica en el reino de Israel. El orden no es lineal, siendo que, tiene un propósito reflexivo en su estructura, se da a entender la escritura de cada momento bajo la lupa del mismo escritor, recalcando un aspecto contribuyente para la enseñanza.
El verso nueve nombra a Efraín, posiblemente por su fuerza y agilidad militar. En el libro de Números 13:8,16 es observable la fuerza de esta tribu, pudiendo ser llamado Efraín en este caso como toda la nación, no es casualidad observar en la segunda parte del versículo 9 «… volvieron las espaldas en el día de la batalla», demostrando la fragilidad en la cual se encontraban.
El refuerzo absoluto de la idea concebida entre: si hay falta de obediencia, es por la falta de memoria educacional. Hasta el versículo 16 se retornan los acontecimientos más llamativos visualmente en el peregrinaje. En múltiples ocasiones se escuchan las voces gritar: «si viéramos a Dios; creeremos en Él », no obstante, al fijar nuestra mente en el ejemplo histórico, notamos una diferencia garrafal entre creer en Dios por convicción aunque no lo veamos, contra esperar siempre manifestaciones asombrosas. El Señor, puede y hará milagros y prodigios con sus hijos, pero estos no aseveran su existencia o es la manera de crear artificialmente una respuesta positiva en la mente humana, son sus manifestaciones realmente agradables cuando son las respuestas de salvación para sus hijos. Los prodigios van de la mano al plan forjado en la mente de Dios, no por nuestros caprichos.
17-31 ¿A Dios nadie lo tienta?
Santiago 1:13 parece estar en enemistad con Salmos 78:18. En la carta se nos asegura que Dios no puede ser tentado, mientras que en el salmo se nos explica cómo el pueblo tentó al Señor pidiendo algo en contra de su verdadera necesidad. Esta simple vista es escueta a la verdadera realidad de cada situación. En la carta de Santiago, la explicación entra en el contexto de ser tentados por nuestras concupiscencias, aquello que nos agrada en el desenfreno pecaminoso. Pero, en el Salmo 78 se nos aclara esta situación con la frase «tentaron… pidieron comida a su gusto», estos verbos los encontramos haciendo alusión al pueblo, no a Dios. Pudieras comprender que ellos «intentaron tentar» al Señor. Para su sorpresa y la nuestra, las consecuencias de concebir tal deseo en su corazón conllevó grandes consecuencias.
Las bendiciones recibidas en el desierto (vv. 24,25) son indiscutiblemente milagrosas ¿Pan del cielo? ¿cómo era posible? Ahora, deberíamos colocarnos igualmente en la posición israelita: ¿Todos los días pan (hojuelas)? A groso modo también puede ser comprensible, sin embargo, el mayor problema no radica en fastidiarse de comer siempre lo mismo, sino en el deseo de comer de lo cual eran esclavos, la carne. No es un misterio, al ver las decisiones del pueblo de rebelarse contra Dios, es de sospechar que muchos israelitas y egipcios deseaban obedecer a Dios a su manera, cumpliendo sus caprichos.
El Todopoderoso accedió. No porque se haya dado cuenta de su error al solo mandarles hojuelas con todo lo necesario para el sustento, además de agua brotante de una roca, más bien para mostrar la verdadera naturaleza de un pueblo que al olvidar sus acontecimientos memorables, la salvación de Dios, su propósito en la tierra donde se encontraba e ir desobedeciendo gradualmente generación tras generación la Ley de Dios, terminaría en el fracaso. Existe una diferencia entre este pedido y uno de auxilio cuando ya se nos ha indicado que no debemos ir por ese camino.
Cuando el pueblo pide la carne, le está diciendo a Dios: «no estamos de acuerdo con Tú forma de cuidarnos, nosotros sabemos lo que necesitamos». La osadía y el orgullo tienen la capacidad de nublar nuestra vista, haciéndonos creer que somos nuestros propios dioses. A cambio, cuando tomamos una mala decisión, terminamos buscando a Dios por sobre todas las cosas para volver donde estábamos, nos sentimos seguros porque sabemos a quien clamamos (además, quien no sabe algún salmo de refugio y auxilio).
Sería inconcluso pasar por alto las consecuencias. Nada más lejos de la realidad, Números 21:4-9 contiene los resultados de cosechar pensamientos en contra de Dios. Les llegó desastre, morían por serpientes fraudulentas, deseosas de esa carne que tanto ellos pedían.
32-55: Repetición de hechos
Posiblemente has escuchado una frase como: «el ser humano nunca aprende, mucho menos de los errores de otro». Otra muy común es: «el que cae dos veces con la misma piedra, lo hizo a propósito». Son bastantes anecdóticas cada proposición, en la historia de Israel se repite nuevamente la desfachatez de olvidar con el paso de las generaciones las maravillas realizadas por Dios. Solamente el versículo 32 nos encaja sin sutileza en la misma premisa anterior «…volvieron a pecar…» Al parecer, la historia del desierto parece una vida cristiana típica. Nos enamoramos de la Biblia, la salvación, el evangelio, pasamos al momento de peregrinaje por el desierto simbólico, siendo en este punto, el declive de muchos y el triunfo de pocos.
No es conmovedor saber esto, pero no debemos olvidar la verdadera razón de Dios al permitirlo, transformar nuestro carácter. Oseas 2:14 muestra una pincelada de este accionar divino, ir a un lugar a solas con Dios, dependiendo totalmente de Él es parte de una vida consagrada. Los profetas pasaban por momentos así, Jesús mismo tuvo que ir a las dunas para ser tentado. Aunque caigamos en la concupiscencia nos perdona y limpia de nuestra maldad (Sal. 78:38). Por esta razón se conoce como Salmo nacional, además de ser el más largo en esta categoría, puesto que contrasta la relación fluctuante del pueblo con Dios y Su verdadero carácter.
56-72: Las consecuencias directas
El verso 58 resume un problema pasado, actual y futuro de la humanidad ante el verdadero Dios, la idolatría. Las imágenes como representaciones de seres divinos capaces de otorgar beneficios a cambio de adoración, todo con el propósito de desviar la mirada del Rey Creador de los cielos. Al colmar la paciencia divina (la cual no es poca) se tornan ajustes representados como «la ira de Dios». Encontrando resultados nefastos en todo sentido. El castigo divino parece ser muy severo, no obstante, quedar a nuestra merced es la verdadera calamidad de esta humanidad.
En el verso 67 comienza una resolución, recordando el cambio de la Arca del Pacto de la tienda de José a la tierra de Judá (2 Sam 6:1-18). Concluyendo con una metafórica poesía de relación pastoral entre Dios y su pueblo. Habiendo hecho un regaño-castigo en los versículos anteriores, no deja de plasmar su amor inefable en cada aspecto. A veces toca llevar la caña a las piernas de la oveja descarriada, para proseguir a cargarla de nuevo al redil.