explicación del salmo 83

Mayo del 2021, un conjunto de metales aerodinámicos con precisión kilométrica atrajo la atención de todo el mundo. Israel y Palestina iniciaron un conflicto bélico, van muchos muertos y heridos, imágenes de niños desalentados, solos y hambrientos. Organizaciones sin fines de lucro aminorando la situación, pero todo se repite en poco menos de 48 horas. La defensa israelí mantiene el margen con el frente de Gaza gracias a su famoso domo de hierro. La razón del conflicto para muchos es territorial, para otros es económica, algunos conspiradores dilucidan en corporaciones secretas, en fin. 

Si hay un tema para acotar sobre este gran conflicto es la protección. Para todo se necesita estar protegido, se conoce la gran cantidad de raspones por meramente usar un cortapapeles o cuando los famosos Galaxy Note 7 tenían un problema en sus baterías de litio, causando una explosión en la recarga. Situaciones tan diferentes en cada una la necesidad de protección es inherente. En el caso de las guerras, la protección es medida con exactitud, oportuna y totalmente organizada, no hay márgenes para la improvisación, cada resultado es el esperado según las mejores mentes estrategas. En sus fundamentos de planificación, la protección mental es tan necesaria para tomar las decisiones correctas como la protección más sofisticada en tecnología de punta.

La sinónima de la protección es lo indefenso. Estar a expensas de las circunstancias sin poder hacer algo para cambiarlo, es frustrante, perder el control de la situación es un abismo de emociones. Darse por muerto, perdiendo el sentido más primitivo de la humanidad, la supervivencia. Probablemente con tales sensaciones fue escrito el salmo en cuestión, solo que, sin domos de hierro y defensas de tecnología avanzada, el salmista proclamó la verdadera protección definitiva de cualquier nación o pueblo, Dios.

Un ruego poético

En la película Milagro en la Celda 7 un padre autista es encarcelado por confabulación del general. Cuando la niña va a ver a su padre grita su nombre por detrás de una pared de concreto. Él, al reconocer la voz de su hija empieza a gritar fuertemente su nombre también, una escena de reencuentro auditivo, con solo saber de la existencia de su familia por la audición le bastó para sentir nuevamente esperanza, ánimo y ganas de vivir. Así también ruega el salmista en el primer versículo de este salmo.

«…No guardes silencio…» ¿Por qué diría esto? Al parecer conocía las consecuencias del silencio de Dios. Sería ilógico pedir la presencia de Dios, al menos que considerara la realidad de su pueblo sin Dios como desesperanzadora. «Habla Señor, te necesitamos» Como expresan diferentes comentadores, este salmo subyace para cualquier momento de aflicción para su pueblo, no solo para la guerra, sino en momentos donde Dios estuviera en silencio. No solo pide su voz (de por sí ya es muy poderosa), sino además que se mueva «… ni te estés quieto», ¡Haz algo! Es un ruego con confianza, no hay espacios para la duda. Este atributo se envasa en una premisa, comunión con Dios. Sin sacrificios o palabras embellecedoras, solo un corazón abierto a la respuesta divina.

Comúnmente en la literatura hebrea se usan animaciones animales para redirigir una actitud humana. «Rugen tus enemigos…», una ferocidad por la sangre del pueblo de Israel. Consultas externas a dioses paganos hacen sus ataques más decisivos. No tenemos en claro por qué el salmista expone sus consultas como secretas, siendo que él las sabe, posiblemente es referida a la suspicacia de tales naciones para actuar en secreto.

El verso cuatro contiene una realidad muy cruda en el pasar de la historia. La guerra de los seis días (Miljemet sheshet ha-yamim), la esclavitud de Babilonia, el holocausto nazi y la constante guerra árabe-israelí son una de las más reconocidas formas de exterminación del pueblo hebreo. En el tiempo del salmo se conocen las intenciones territoriales para el dominio de las demás naciones. Era una zona fructífera y estratégica, casi desértica pero con la suficiente capacidad para ser una potencia en el mundo antiguo y moderno. Su destrucción en este momento de la historia israelita parece ser dominada por los edomitas, amonitas y moabitas (2 Cró. 20).

Observando el transcurso histórico, pudiera verse como una maldición de esta tierra, más que una protección de Dios. No obstante, se debe tener en cuenta la ferviente necesidad de acabar con la Palabra de Dios por parte de Satanás. Su existencia rinde culto a la perversión de todo lo bueno, mientras siga siendo así, los aspectos más resaltantes de cualquier historiador no serán la cantidad de veces por las cuales fueron llevados a casi una exterminación. Más bien, serán enaltecidas las grandes proezas (en mayoría de casos milagrosas) por las cuales fueron librados. Empezando por cada fiel miembro del cuerpo de Cristo, librado del pecado, en una de las victorias más inusuales del mundo, la muerte del General, Cristo Jesús.

¿Contra el pueblo o contra Dios?

Un padre conoce muy bien la sensación de sentir el dolor de su hijo, sobre todo las madres. O una banda de compañeros antes de comenzar un conflicto dice: «Si te metes con él, te metes conmigo». Algo así le reclama el salmista a Dios, le dice: «se están metiendo con tu pueblo, por favor, sálvanos». En ese momento le empieza a narrar quienes son los enemigos, aunque particularmente para el momento del salmo, es un hecho innegable que va engullido de temor por su poder militar.

Dios, que todo lo sabe, conoce muy bien las intenciones enemigas. Siendo un escrito poético tiene poca relevancia su autenticidad histórica con respecto a la referencia exacta de los nombres de las naciones. Algo seguro era su asedio. La privación de la libertad es un elemento indispensable para Dios en la construcción del carácter humano, sin pruebas u obstáculos cualquiera puede denominarse cristiano, pero en la adversidad encontramos diferentes facetas. Así como en un matrimonio, los malentendidos o descontentos son imparables, sin embargo, la manera de solucionarlos es lo que hace una unión conyugal feliz, más no perfecta. En este sentido, Israel necesitaba entender que su confianza estaba en el pacto de Dios por ellos, y no en la confianza propia.

Hasta el versículo ocho, exactamente diez formaciones territoriales parecen tener entre sus manos el destino de Israel. Es de temer tal poder contra una nación de ganaderos, campesinos, panaderos, nacidos de la esclavitud, pero con la libertad de aceptar el llamado de Dios para ser una nación que brille en la oscuridad.

Este ataque va directamente en contra de los propósitos de Dios en cuanto a la descendencia de una simiente la cual exterminará por completo el dominio del mal sobre la tierra. Jesús fue esa simiente, que vendría por la tribu de Judá, por tal razón es menester conocer más allá de un hecho histórico. El salmista sabía la necesidad de preservar la nación, por ende cuando ve a tantos enemigos, sus fuerzas son incapaces por voluntad humana para soportar tal azote militar. Va a donde debió comenzar, al Hacedor de la promesa.

Recordatorios pasados

Mucho se habla de recordar los eventos pasados para saber como actuar en el futuro. Ya escribió la educadora Elena White, en sus notas biográficas del año 1902: «No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada». Frases como: «Dios nunca falla», son necesarias en un contexto real de la vida cristiana. Así como nos cuida de una fuga de gas en la cocina, nos cuida de un misil extranjero, y si no como dijeron los amigos de Daniel: «aunque no nos libre de este horno de fuego ardiente, seremos fieles al único y verdadero Dios de Israel».

Así se expresó el salmista en el versículo nueve, empezó a nombrar victorias pasadas hasta el verso 11. Tratándose de Madián, hace una referencia clara a la victoria de Gedeón sobre los madianitas  (Jue. 7; 8). Hasta la manera en como la muerte de Sísara fue una victoria contundente en una era tan complicada para el pueblo hebreo. No quedan espacios en blanco para pensar en batallas limpias o políticas entre acuerdos de estado. Solo en guerra, muerte y destrucción. Esto es debido a la innumerable necesidad de protección que sentían, no contentos con esto, el reconcomio de observar sus fallas en la conquista de la tierra prometida les habrá hecho sentir más culpables de la situación de lo que podían soportar. La necesidad de recurrir a un rey fue una catástrofe a largo plazo con Saúl, aunque después hubo cuarenta años «más espirituales», vemos como al final atrajo una cantidad de pecados e injusticias para todos.

Por este motivo la razón, las referencias hechas en estos versículos no son meramente recordatorios para sentirse protegidos, son (hasta cierto punto) demandas por ver nuevamente el poder del Señor ante una situación similar.

La naturaleza ataca

Ya para el verso 12 la lectura puede tornarse más amena o amenazante si somos los enemigos. Haciendo uso de analogías naturales empieza una batalla sin precedentes en la pluma del escritor. El preámbulo de esta sección es muy coherente a la petición: «Que ha dicho: Heredemos para nosotros las moradas de Dios», si el enemigo tiene como objetivo frustrar los planes de Dios, entonces la razón primordial del salmista es que eso nunca pase. Aunque la fe del pueblo estaba decaída y su desobediencia en cada esquina, la historia no miente, ellos conocían la razón de su establecimiento por lo cual si lo negaban estaban entregándose por completo al dominio del enemigo, el cual solo buscaba su constante destrucción.

La primera ilustración es sobre el viento. Así como se lleva a hojas, bolsas, plásticos y pequeñas cosas, así de tal manera el salmista expresa su deseo de ver a los enemigos de Israel irse por completo de su territorio. Después alude al fuego, mostrando una escena aún más destructiva, como un incendio forestal se lleva a todo por su paso, sin dejar rastro alguno de existencia de vida, de tal manera espera la desaparición de los contrincantes. Por último hace uso del agua, esta vez como la fuerza de Dios mostrada por una corriente de agua inmensa, podríamos traducir un huracán de altas magnitudes, el cual sólo deja a su paso destrucción.

El versículo 16 es algo dicotómico, porque bajó los humos, mostrando el sincero deseo del salmista de no gloriarse en muerte y destrucción, sino en arrepentimiento y misericordia. Le pide a Jehová que a través de la vergüenza, estos pueblos paganos noten la importancia de ser sujetos al Dios único y todopoderoso.

El versículo 17 retoma la idea de desmantelar por completo la vida de esos enemigos, pero no de la manera física esperada por todos, sino algo más allá. Es fácil intuir por el último versículo:

«Y conozcan que tu nombre es Jehová; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra».

Al parecer, las referencias a muertes no son absolutas, si existiera una forma de llevar a cabo este pensamiento sin lucha, posiblemente fuera el esperado por todos. El reconocimiento de Dios como sobreaño por todos es el deseo de sus hijos. Reconocer su amor en comunidad trae paz y seguridad, sus vidas son amadas tanto como lo son por los demás de las otras tierras. Por esto, el salmo concluye mostrándonos la verdadera naturaleza del salmo.

Conclusión: una guerra espiritual

Es completamente cierta la interpretación de la matanza y destrucción literal. El salmista no estaba tratando de forma poética su verdadera forma de atrapar al enemigo contra las cuerdas de la idolatría. No obstante, si bien es cierta la cantidad más ponderada de una implacable exterminación de los demás países. A ciencia cierta, solo Dios tiene la última palabra, por esto, si el Señor daba por sensata la entrega de Israel a las naciones, debía ser motivo de gran dolor, pero aceptada. Sabemos que no fue así, Dios libró a su pueblo, los protegió, pero no dejó sin pruebas o en sus propias inclinaciones pecaminosas. Reconocer las consecuencias de nuestros actos es necesario en cualquier aspecto, así que, este salmo nos enseña diferentes puntos a conocer de la voluntad de Dios y de nuestra comunión con él:

  • Podemos pedir a Dios por protección sin reproche.
  • El Señor hace cumplimiento de todas sus promesas
  • No importa la fuerza de los enemigos, Dios es más poderoso.·        
  • Las ganas de destrucción deben ser sometidas a la voluntad de Dios, para nosotros, lo más importante es saber que muchos (o todos) vean al Señor como su único y verdadero Dios.

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