La justicia de Dios alcanza muchos niveles. Su soberanía y poderío son indiscutible y su gloria hace que la tierra se estremezca. Esta es la premisa con la que el salmista comienza el salmo 98, en una ilustración nueva de cómo el Señor reina las naciones con justicia, poder y majestad, siendo exaltado entre todas las naciones que tarde o temprano reconocerán su poderío y su majestad.
Para esto también hace mención de la historia de Israel, quien siendo su pueblo amado no estuvo exento de su justicia. En este salmo se expresa que el Señor no tiene favoritismos, y que a pesar de haber mostrado y desbordado su favor en el pueblo que decidió creerle, esto no le hizo exento del castigo que recibieron cuando se desviaron de sus mandamientos.
Es así como se revela otro aspecto del carácter de Dios: Es santo, es decir, que no tiene pecado, no hay manchas ni maldad en Él, y no puede negarse a sí mismo. Es esta santidad otra cosa que lo distingue entre los ídolos del mundo. No tiene pasiones humanas y gobierna con justicia porque la conoce de primera mano. Él es la justicia y el único que merece el privilegio de estar por encima de las naciones.
Contexto histórico del salmo 99
Uno de los puntos más relevantes de este salmo es la mención de Moisés, Aarón y Samuel. Tres hombres importantísimos en la historia judía como héroes y príncipes de la biblia que se ponen como modelos o roles a seguir por su fe, dedicación y misericordia. Ellos sabían lo que se debía hacer, que era invocar el nombre de Dios y servirle. En tiempos diferentes, Moisés y Aarón fueron sacerdotes de Dios frente al pueblo. Samuel fue designado como profeta y juez, y dedicó su vida a servirle. Es por eso que Dios fue indulgente con ellos, porque su corazón siempre estuvo dispuesto a adorarle y servirle.
La historia de Moisés y Aarón está llena de errores y pecados que cometieron y que Dios perdonó para conducirles y sacarlos de Egipto hacia la tierra prometida. Sin embargo, por la soberbia del pueblo y la ira de Moisés, no lograron ver la tierra prometida.
Por otra parte, Samuel fue intachable en su obra a Dios, pero descuidó a su familia y sus hijos se desviaron del camino de la rectitud. En este sentido, si bien Samuel gozó de una vida y una muerte tranquila, honrando al Señor y llevando su palabra al pueblo, recibió la deshonra de ser rechazado por Israel como Juez de Dios cuando ellos decidieron que querían un Rey como el resto de las naciones.
En los estudios judíos se refleja que aquellos que hagan T’Shuva, que significa arrepentimiento genuino y penitente, recibirán la misericordia de Dios que corresponde a su corazón contrito. Dios no se niega a recibir a un fiel humillado delante de su nombre, le entrega su amor y su favor sin renegar.
Salmo 99: explicación del texto
Salmo 99:1-5
La santidad de Dios
La expresión del salmo 99 es muy similar a la de los salmos anteriores. Expresa que el Señor es un Rey temible, que extiende su poderío y su trono por encima de todas las cosas, gobernando y sentado en un trono lleno de majestad, gloria y poder. Pero añade un dato adicional que es su santidad.
Esto implica que Dios no tiene errores, es totalmente puro, blanco y sin manchas, por lo que es superior a cualquier otro rey humano del mundo, y por lo que todas las naciones deben adorarle. Esta santidad lo hace amante de la justicia y la verdad, por eso no puede negarse a su imparcialidad, no tiene favoritos, sino que se complace en aquellos que han decidido dedicarle su corazón y conocerlo.
A esto es precisamente a lo que se refiere cuando indica que ha actuado con justicia en todo Israel. Que no es un Padre cegado por su amor a su hijo, que acepta que haga cualquier daño o que peque contra su nombre, sino que es lo suficientemente justo para aplicar la disciplina necesaria cuando incurre en un error que irrumpe directamente con su santidad.
Esto diferencia a Dios de cualquier otro Rey, y le hace más digno de alabanza. Que no hay variaciones en Él, no puede negarse a sí mismo y sigue siendo exactamente igual desde entonces hasta ahora.
Salmo 99:6-9 explicación
El Señor atiende las súplicas
El salmista sigue narrando cómo el Señor no es un Dios lejano que no tiene nada que ver con sus seguidores, sino que se ha complacido en acercarse a sus siervos a través de los tiempos. Es por eso que menciona a los héroes de la fe, como un ejemplo de que todo aquel que se acerque al Señor recibirá respuesta propicia.
En forma de columna de nube o de voz audible, el Señor entregó a Israel mandatos específicos y órdenes de cómo debían comportarse siendo llamados pueblo suyo. Les dio directrices que debían seguir para no irrumpir con su santidad y que pudieran permanecer en su presencia.
Sin embargo, aún dando ejemplo de su amor y misericordia expresa que les perdonó cuando se arrepintieron, pero también les castigó cuando se desviaron.
Aplicación del salmo 99
Hay varias enseñanzas presentes en este salmo y que hablan mucho del carácter de Dios frente a su pueblo. En un principio, los creyentes son amados por el Señor, Él los escucha y actúa en favor de quienes le aman. Estas son promesas indiscutibles que siempre ven su cumplimiento. Pero es irreal pensar que Dios va a apoyar a aquellos que actúen fuera de su voluntad y mandamientos.
Salmo 99: significado
En el salmo 99 se expresa que Dios dio a su pueblo mandamientos específicos que debían ser seguidos. Pero no porque el Señor fuese caprichoso y quisiera que las cosas se hagan a su manera, sino que Él conoce las consecuencias tras cada uno de los pecados, y desea que los creyentes las eviten. Además, el pecado mancha al creyente e impide rotundamente que este pueda acercarse a Dios sin desaparecer ante su santidad.
Dios no tiene favoritos, ni pasa por alto los pecados simplemente porque ama a su pueblo. No puede hacer esto porque es amor, pero también es justo y no puede negarse a sí mismo. Es por eso que envía a Jesús como una alternativa para que el creyente pueda volver a acceder a él a través del sacrificio de sangre. Es como un borrón y cuenta nueva que le permite al creyente seguir perfeccionándose cada día delante de Dios, con ayuda del Espíritu Santo y vivir con Él por la eternidad.
Entra a este enlace para más recursos del salmo 99