Se trata del salmo más corto del libro, y cuenta únicamente con dos versos que expresan la alabanza de un pueblo agradecido que reconoce el poderío de Dios, su supremo dominio y la necesidad que tiene el creyente de adorarle desde lo más profundo de su ser.
Igualmente, habla del carácter de Dios que se engrandece con sus acciones, cuyo propósito es ser notado, que muestra su misericordia como nadie nunca lo ha hecho en toda la historia del universo. La supremacía de Dios es total, y merece toda alabanza y adoración de toda lengua, región y nación.
Algo interesante sobre este salmo es que hace un llamado a TODOS los pueblos a adorarle. Esto quiere decir, principalmente que todas las personas existentes en el mundo deben alabarle. Sea que crean o no, sean judíos o no, pertenezcan o no al pueblo o no. Todos deben adorarle, porque ha engrandecido su misericordia sobre todo el mundo. Este es un principio profético que infiere la salvación de todas las naciones desde el punto de vista de un pueblo que ha sido favorecido desde el principio, y que no consideraba que Dios fuese a salvar a otras naciones.
Este es uno de los pocos cánticos que establecen la supremacía de Dios y el poderío que ejerce aún sobre los que no creen en Él. El hecho de que las naciones no le observen o no le tomen, no quiere decir que Dios no siga siendo Dios, ya que no puede negarse a sí mismo, y su fidelidad para con su creación dura por los siglos de los siglos.
Contexto histórico del salmo 117
En el contexto en el cual fue escrito, este salmo fue hecho por un miembro de la corte judía, de lo contrario no sería tomado en cuenta para el Tehilim. Es tan corto que muchos comentaristas judíos parecen indicar que en un principio este salmo fue un fragmento separado de su cántico original, que bien pudo ser el 116 o el 118. Sin embargo, en la tradición actual, este salmo se establece como un hito de la misericordia de Dios sobre la tierra.
Sin embargo, el tema de este salmo es totalmente diferente al de sus contiguos, por lo que otros estudiosos toman este cántico como el anillo que une las dos primeras partes del Halel con la tercera. El mensaje es uno solo: Dios debe ser exaltado frente a las naciones, y todas ellas terminarán reconociendo que Él es el Señor que Reina sobre todas las cosas.
Los maestros de la ley establecen que desde el principio se hace un llamado universal, a todas las naciones a alabar a Dios, pero, ¿para qué iba a querer que los gentiles le adoraran? ¿Sería que los gentiles debían adorarlo como consecuencia de sus bendiciones para con el pueblo judío? En este contexto, los judíos no establecen la bondad que Dios tuvo con los gentiles, sino que expresan cómo estos le adoran como causa de las bendiciones que le otorga a su propio pueblo. Como decir que bendito sea el nombre de aquel que es fiel con los suyos.
Análisis bíblico del salmo 117
En el primer versículo del salmo, se aprecia el llamado activo a que todas las naciones adoren a Dios, y que todos los pueblos levanten hacia alabanzas y acciones de gratitud hacia Él.
En el segundo versículo explica la razón por la cual deben adorarle. Dice “porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia”, cuya palabra clave en hebreo es kjesed y habla de la lealtad de Dios y su pacto. Es decir, que es un Dios que recuerda sus promesas y se place en cumplirlas. Es más, el verbo “engrandecer” habla de exceder las promesas que había hecho, y superar las expectativas que tenía el pueblo sobre el pacto que fue ofrecido en un principio. Porque en todos los sentidos, Dios simplemente es más que suficiente, ya que la mente del ser humano es finita y no alcanza a apreciar ni a imaginarse la magnificencia de sus acciones.
Igualmente, continúa diciendo que la fidelidad de Dios es para siempre. La palabra usada en hebreo para referirse a dicha fidelidad se pronuncia emuna, y es la raíz de la palabra amén, que también significa verdad, o refleja el cumplimiento de una promesa. Esto quiere decir que no dejará de cumplir su pacto de la noche a la mañana, sino que lo que ha prometido es algo que ya se ha cumplido en el futuro, aunque todavía no haya sucedido.
Este salmo revela en pocas palabras la certeza de que Dios cumplirá lo que ha prometido en cualquier contexto y cualquier época. Es por eso que establece una palabra universal para adorarle: ALELUYA.
Al traducir esta palabra en cualquier idioma, se encuentra que es exactamente igual, en todos los dialectos y lenguas se pronuncia igual. Aleluya es una declaración suprema de adoración que solo aplica verdaderamente a la alabanza que merece el Dios altísimo porque Él también es universal. Tiene vigencia en todas partes del mundo y establece su poderío por encima de cualquier otro poder en el mundo.
Aplicación del salmo 117
La enseñanza tras este salmo que, aparentemente es muy claro, muestra una característica ineludible del carácter de Dios que el cristiano debe tener muy en claro si pretende permanecer siendo cristiano a largo plazo. Es la fidelidad de Dios, que no falla, que no desaparece y que nunca falta a su pacto.
Lo que Dios ha prometido verá su cumplimiento en el momento justo y él se dará la razón, porque todo forma parte de un plan que no luce claro para la visión finita que es humana, pero que para Dios es tan claro como el día en que fue planeado.
Tener esta apreciación universal de Dios le permite al creyente tener menos inconvenientes para confiar en Él, le permite fortalecer un vínculo de profunda confianza y entiende a la perfección que ese Dios al que conoce no es un Dios que falla, ni que cambia de opinión de la noche a la mañana. De esta manera, puede vivir tranquilo al recibir una respuesta a sus oraciones, puede permanecer fuerte y confiado, sabiendo que siempre estará sostenido por las manos del Altísimo.