El mensaje del salmista es totalmente claro: La victoria siempre proviene de Dios. Esto lo hace digno de alabanza, gloria y exaltación. Se trata de una canción de victoria, reconociendo que Dios es el que hizo todas las cosas y es el único justo para hacer las cosas adecuadamente. 

En este sentido, el salmista expresa una profunda admiración por el carácter de Dios frente a las dificultades y pruebas. Se trata de un salmo que transforma una petición en una adoración sonora, que es principalmente la forma como debemos actuar una vez que miramos cara a cara su Gloria frente a una dificultad.

Lo cierto es que dice que Dios hará al creyente victorioso, sin importar el contexto. Es decir que verá todo resolverse sin importar cómo, y que, aunque no sea exactamente como lo planeó, se encontrará directamente con la fuerza de Dios que reina por encima de todas las cosas.

Contexto histórico del salmo 118

Es interesante saber que algunos rabinos y comentaristas hebreos piensan que este salmo fue escrito por David, cuando Saúl el Rey murió en batalla. Esto se debe a que finalmente Dios le dio reposo a sus constantes años de persecución, sufrimiento y dolor en una guerra constante, por esto David agradece profundamente a Dios, ya que finalmente es libre de andar y ser.

Inmediatamente a su muerte, Judá nombra a David como Rey designado por Dios, y él tiene que establecer un nuevo régimen basado en su experiencia y a sus años de huida y persecución. Las primeras reformas que genera en el Judá se basan en beneficiar a sus súbditos y reforzar el reino basado en la justicia y el honor que aprende del Dios Altísimo. Actuar con justicia tras la victoria es una respuesta natural del Rey ante la misericordia de Dios.

Otros estudiosos explican que el salmo es una profecía sobre la alegría que sentirá el pueblo cuando el mesías se establezca sobre Israel. Esto no solo refleja un contentamiento general, sino que en particular, cada judío será beneficiado y singularmente afectado por los beneficios de Dios, lo cual les llevará a declarar que su misericordia, favor, y poder, duran para siempre.

Análisis bíblico del salmo 118

Versículos del 1 al 4: Invitación al pueblo

El pueblo de Israel necesitaba constantemente recordarse por qué debía adorar al Señor. Es por eso que con una declaración simple, el salmista ofrece razones más que suficientes para exaltar al Padre Todopoderoso, la razón es tan simple como compleja: su fiel amor perdura para siempre.

No es un salmo para una porción de Israel, ni siquiera es una canción personal. De hecho, el salmista pide primero que todos y cada uno de los miembros de Israel exalten a Dios, y luego destaca que los descendientes de Aarón también lo hagan. Esto puede interpretarse de dos maneras: o que los sacerdotes y levitas deben adorar dos veces, es decir, aún más que los demás, o que se hacía una distinción por el carácter sacerdotal.

Como fuere, se pone de plano el deseo de Dios de que todos puedan reconocer ese rasgo de su carácter: su fiel amor que perdura para siempre, es decir, que no se agota, ni se acaba, ni cambia bajo ninguna circunstancia.

Es por eso que destaca finalmente que todos los que le temen deben cantar y repetir que su fiel amor perdura para siempre. Como un recordatorio, como una acción de gracias, como un reconocimiento personal. Recordar el fiel amor de Dios siempre les lleva a reconocer que Él es mayor y que es aún mayor su plan para cada uno de sus hijos.

Versículos del 5 al 21: El testimonio de un justo

Algo sumamente interesante que se narra en el salmo es la historia completa de como un justo ora a Dios en su angustia. Lo cierto es que en cierto punto el salmista reconoce que él también se equivocó, y por eso el Señor se enojó, pero de 16 versículos narrados solo uno habla de esta realidad, mientras que los otros 15 expresan la increíble proeza que Dios reveló para poder salvarle de sus dificultades cuando oró al Señor y reconoció su fortaleza, poder y misericordia.

Este testimonio revela cosas muy importantes que cada creyente debe buscar para su propio carácter. Igualmente, muestra cosas interesantes del corazón de Dios que solamente se revelan una vez que el creyente dispone su ser para ello.

  • Dios es invencible: lo cual es una verdad importantísima para que el creyente se sienta seguro sin importar la circunstancia. Frente a los mortales y los temores diarios del rechazo, el juicio injusto, las habladurías, incluso las injurias físicas, Dios es más poderoso aún que todo eso, y el entendimiento de que Él está de su parte simplemente dota al creyente de una seguridad mayor, porque como respuesta, no siente temor de lo que suceda, sabe que Dios está en control de todo.
  • Dios es un refugio: al cual cualquier creyente puede acudir. Es más confiable que los mayores refugios, es más fiable que refugiarse y confiar en la autoridad. Si bien el creyente tiene que vivir un periodo corto de tiempo en la tierra, su verdadero refugio, fortaleza y escudo.
  • El creyente ha sido dotado de poder: se va a enfrentar a situaciones imposibles, va a mirar una y otra vez como las cosas se confabulan para hacerle caer; sin embargo, su victoria proviene del Señor. De hecho, en el salmo el creyente dice “las destruí a todas con la autoridad de Dios”. Esto quiere decir que la situación va a resolverse de una forma u otra, pero esto no es lo importante, sino que el creyente entienda el poder que tiene Dios delante de la situación, para resolver todo y actuar en su favor aun cuando esto no resulte como esperaba.
  • El creyente inspira adoración: el agradecimiento genuino de cada creyente, de una u otra forma, se transformará en adoración que debe inspirar a otros creyentes. El reconocimiento de que Dios ha dado la victoria es lo que permite ofrecer esta respuesta frente a los creyentes, que indudablemente les exprese y les fortalezca recordando el máximo poder de Dios. Esto les llevará a adorar en comunidad, fortalecer su carácter y honrar aún más las proezas gloriosas que hace Dios con su mano poderosa.
  • El creyente reconoce que Dios no le trata como merece: finalmente, si ha habido ocasión de pecado, el creyente reconoce que no es nada delante de Dios y que ha hecho las cosas de forma indebida. De hecho, en ocasiones esto es lo que le ha traído problemas de gran magnitud. Entonces las consecuencias de sus actos le alcanzan, pero reconoce que no le dejan morir. Llama a esto el castigo de Dios, la justicia divina por sus actos malos, pero al mismo tiempo destaca que no le dejó morir, que aunque quizás lo merecía por sus errores, Dios fue bueno y le permitió ser restaurado.

Versículos del 22 al 29: Revelaciones de Dios 

Dios usa todo tipo de revelaciones para expresar el propósito de su obra en los hombres. Su obra es simplemente una expresión de lo que Él es, de su perfección, de su amor, de su poder. En un principio el salmista habla de la piedra que los constructores rechazaron, y pudo ser usado para referirse a sí mismo en un contexto. Esa persona indeseable que todos desecharon, ahora es la piedra angular, la base sobre la que se construyen las grandes fortalezas. Sin embargo, más adelante en la biblia el apóstol Pablo lo usa para hacer referencia a Jesucristo, que fue desechado por su propio pueblo al venir como mesías a ofrecer la salvación de Dios en el Reino de los cielos en lugar de la tierra.

La revelación de Dios es así, contextualiza cada una de sus palabras y permite que el creyente pueda ver con profundidad su carácter que en estos versículos se expresa como un artista que hace obras maravillosa, como un Dios salvador que le da la victoria a sus hijos, como un Dios que bendice a quienes bendicen los creyentes, a quienes van a su templo y como un Dios brillante, cuya luz las tinieblas nunca podrán alcanzar.

También expresa a Dios como un amante de los sacrificios firmes, que brilla sobre ellos y que se place en que los creyentes estén muy seguros de aquello que están sacrificando: que les pide que aten con cuerdas el sacrificio sobre el altar, para que este no pueda deslizarse, alejarse, o cambiarse. Es el Dios que aprecia cada parte del sacrificio que le hace cada creyente y le hace feliz tenerle.

Aplicación del salmo 118

La revelación de Dios establece simplemente que cada creyente debe conocerle más para entender cómo funciona el mundo. Lo cierto es que se puede mirar alrededor y saber que actualmente todo está de cabeza: los medios, la juventud, las leyes, la economía y la política. Sin embargo, no se debe perder de vista que Dios sigue reinando sobre todo, y que le dará la victoria a los justos, aunque esta no se exprese de la forma como ellos esperan.

Contar con esta revelación única es de vital importancia para la vida del creyente, ya que es lo que le llevará a tener una vida victoriosa sin importar a lo que se enfrente día tras día al vivirla.

El conocimiento de Dios es lo que hace posible que los cristianos puedan testificar de Cristo aun sin tener grandes riquezas, ni siquiera grandes logros. Es vivir la vida sabiendo que Dios va a resolverlo todo eventualmente, y que se puede actuar en su obra, conforme a su voluntad, sabiendo que Él finalmente hará funcionar todas las cosas.

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