Se trata de una canción de aflicción en la cual el salmista no solo expresa la propia sensación de pesadez y tristeza, sino que también refleja el dolor del pueblo, de los creyentes y de todos aquellos que están pasando por una situación de esta magnitud.

Esto no únicamente refleja problemas generalizados, sino una sensación profunda de rechazo, burla y vejación, que en ningún caso deja sin efecto el poder de Dios sobre todas las cosas.

Uno de los aspectos más interesantes de esto es que el salmista llega a reconocer el poder de Dios aún en medio de la vejación, y separa totalmente su situación personal y la del pueblo de lo que es el poder del Señor. Igualmente, recuerda a todos que el ser humano es efímero, su tiempo de vida es corto y su andar sobre la tierra, tanto como sus tribulaciones serán pasajeras, pero la verdad y el poder de Dios permanecerá para siempre, lo que se convierte automáticamente en la esperanza de vida eterna de todos los que le siguen.

Contexto histórico del Salmo 102

La tradición judía refleja que este salmo fue escrito por un cautivo que cuenta con detalles el peregrinar del pueblo a través de la diáspora. De hecho, los maestros hacen referencia a verter su alma en una canción, por lo cual Dios la consideró para el libro de los salmos. Esto se debe a que no solo habla sobre sus aflicciones, sino a que habla por la comunidad y expresa sus tradiciones y creencias con respecto a la situación histórica que estaban viviendo.

Los escritores sefardíes le pusieron el nombre de “la plegaria de un exiliado” a este salmo, e indican que el autor refleja un rayo de esperanza que penetra las tinieblas que se ciernen por doquier. La fe en que la divina eternidad no abandonará a Sión, sino que vendrá muy pronto a restaurarla es el mensaje principal de que Dios no descartará a su pueblo amado para siempre.

Entonces, el centro de este mensaje no es el dolor en sí mismo, sino la esperanza de que llegará un día en el cual Jerusalén se convertirá en el centro espiritual donde todas las naciones del universo se reunirán para adorar al Dios Todopoderoso.

Análisis bíblico del Salmo 102

Versículos del 1 al 11: El sufrimiento del pueblo

A pesar de que el fondo del mensaje del salmo sea esperanzador, es cierto que el autor centra su esfuerzo en una profunda queja de dolor, solicitando al Señor que le escuche y que no esconda su rostro de Él. Esto se debe a que Dios históricamente le daba la espalda a su pueblo cuando este le daba la espalda, para que aprendieran que no había otro Dios como Él. Cuando esto sucedía, los israelitas comenzaban a rogarle al Señor mostrar su rostro, explicando claramente una situación de pesadumbre y dolor ante la pérdida de su gloria frente a los miles de enemigos que Israel tenía.

Era una especie de humillación profunda que los enemigos se alzaran sobre el pueblo y le hicieran pasar aflicciones día y noche. El autor lo narra como periodos muy oscuros en los cuales el dolor y las tragedias eran parte del día y la noche, todo a causa de haber retirado su rostro del Señor.

Versículos del 12 al 17: El carácter de Dios

Inmediatamente, contrasta el dolor y el sufrimiento con una sola palabra: “Pero”. Esto quiere decir que a pesar del dolor y el sufrimiento, “pero el Señor se sienta en su trono para siempre”. Esto es un indicativo de que reconoce que Dios no ha dejado de serlo a pesar de todo el sufrimiento y el dolor que hay en su día a día. 

De hecho, el salmista habla del levantamiento evidente del Señor frente a las naciones, que decide cuándo es tiempo de tener misericordia del Pueblo y hace que todos tiemblen ante el gran regreso de la gloria del pueblo comandado por el Dios Altísimo. En todo momento, el salmista reconoce el carácter de Dios y expresa su inclinación al escuchar el ruego de sus siervos que han estado sufriendo por tanto tiempo.

Versículos del 18 al 22: Un recordatorio

Una característica realmente importante del pueblo israelita es su necesidad porque las enseñanzas históricas pasen de generación en generación y no olviden el nombre de Dios, ni las maravillas que ha hecho.

En este sentido, esta sección del salmo se centra en expresar la importancia de registrar que Dios ha hecho maravillas y las volverá a hacer. De hecho expresa al menos 3 veces que el Señor debe hacerse famoso, que quede registrado y que todos les cuenten a sus hijos, nietos y vecinos que el Señor “miró hacia abajo desde su trono celestial”, se fijó en ellos y les permitirá regresar a su antigua gloria.

Versículos del 23 al 28

Finalmente, el salmo expresa que el salmista no ha visto días buenos, pero aun así considera que Dios ha sido bueno con Él. De hecho, expresa que sus días fueron acortados y Él clamó, recibiendo respuesta de un Dios que le cuida. Sin embargo, esta respuesta no fue necesariamente su restauración o sanidad, sino una que le llevara a notar que la vida es realmente muy corta, y que Dios tiene el control de ella.

De hecho, su conocimiento del Padre le lleva a menospreciar su condición de ser humano efímero y de corta vida; de este modo como le lleva a entender que los seres humanos son desechados todos los días, pero el poder de Dios, su majestad y su gloria permanecen para siempre.

Aplicación del salmo 102

El salmo 105 es una sincera aplicación de la vida del creyente en más de un periodo de su vida. Este refleja no solo que se sufren tribulaciones, sino como cada persona debe abordarlas. La verdad es que, por ser creyentes las tribulaciones no desaparecen automáticamente, sino que se aprenden a ver desde un punto de vista totalmente distinto como el que refleja el salmista. Esto no significa que dejará de sentir dolor, sufrimiento o que sus circunstancias mejorarán, significa que Dios es Rey sobre todas ellas, sigue reinando y tiene un propósito eterno con cada una de ellas.

La explicación en esencia pudiera llevar a muchos a alejarse del camino, porque no hay razón para que un Dios bueno deje que sus hijos y sus elegidos sufran. Sin embargo, los verdaderos elegidos entienden a la perfección que el propósito es mayor, eterno y duradero. De hecho, la biblia refleja que todo lo que se vive en la tierra es apenas un suspiro, dura muy poco y no se compara en nada con la gloria venidera que le espera a quienes han creído en el nombre de Cristo Jesús.

Aunque este salmo se trata de una profunda queja sobre las circunstancias, el salmista entiende algo más, que es lo que el cristiano debe aceptar cada día de su vida: Dios sigue siendo Dios, y sigue reinando, haciendo llegar su propósito eterno a los confines de la tierra a través incluso de su sufrimiento.

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